Decía Aristóteles que la Realidad estaba gobernada por unas leyes que se cumplían siempre.
Manifestaba, -y de eso hace ya más de dos mil años-, que las cosas que suceden son la causa de otras, y éstas a su vez de otras, todo ello de una forma predecible.
¿Pero que es la realidad?
¿Es en realidad predecible el carácter que tiene cada persona, sus cambios, su evolución, sus ideas?
Cada individuo tiene un carácter que desarrolla, que sufre variaciones y puede hundirse en el lodo o surgir de sus cenizas.
La realidad no puede ser predecible si cambiamos los escenarios.
No creo que exista un único acto. La realidad es diferente según los ojos de quien la mira, y creo que existe lugar para más de un punto de vista.
Pensar que la realidad es predecible, que todo tiene una causa, que nada se puede cambiar, es realmente un obstáculo a nuestra mente. Implanta límites donde no debería existir ninguno. Somos libres y no deberían encasillarnos en ninguna categoría, en ningún escenario.
Mi realidad creo que es moldeable. Depende del día puedo verla con una sensación deprimente y paralizante, pero si me esfuerzo puedo apreciar su cambio, sentir cómo avanza y cobra vida, cómo tras un arduo trabajo interno la realidad empieza a moverse en mi espacio, y a veces, la modifico hasta lograr que desemboque en un momento de gloria.
Pero ésa es mi Realidad.
Posiblemente el que observa desde fuera, puede tener una visión totalmente diferente. Para algunos puede resultar un arduo trabajo, para otros inútil, mientras que otros verán un camino de esperanzas, sin tener que someterse a ninguna ley arbitraria de tantas como nos imponen.
